lunes, 13 de julio de 2015

Un cumpleaños en la piscina da para mucho...

Ayer fui con mi hija (ella era la invitada) a un cumpleaños en una piscina y debo reconocer que me encanta observar y no puedo evitar mirar a los niños, sus comportamientos y las diferentes reacciones de los niños y los padres.
Con mi ojo que todo lo ve y lo analiza en cuanto a niños y padres se refiere, este blog es sólo para comentar algunas cosas que me llamaron la atención.
Hay niños que contestan de muy mala manera a sus padres: he escuchado decir a una niña: que te calles de una vez mamá ( no pasaba de los 6 años) y su madre como si nada. Ni un solo comentario ni una sola llamada de atención a su hija.
Hay niños que demuestran su empatía y su entendimiento del otro. Intercambian chuches y dan su recuerdo a otro que prefería un determinado personaje.
Hay niños que no aceptan no salirse con la suya y esto les produce rabia y frustración. Padres y madres que no saben qué hacer en estas circunstancias. Si le hacen caso piensan que lo están consintiendo. Si no le hacen caso y no le dan importancia , el niño se siente peor y con más rabia.
Niños que no disfrutan de la fiesta , incluído el del cumpleaños, para cuidar sus objetos y sorpresas, con tal de que otros no arruinen "su fiesta".
Niños que sólo quieren descubrir esa sorpresa y no pueden esperar al final.
Niños que tienen de todo para jugar y se buscan la manera más divertida y natural que hay para hacerlo: fabricar perfumes con los vasos de cumpleaños, flores tiradas, hielos de las bebidas, trocitos de fruta de la sangría ( debo decir que me divertí muchísimo viendo como se buscaban la forma de mejorar su perfume), arena y demás cosas que iban encontrando.
Niños que se la pasan genial ( y madres también, vuelvo a decir que me divertí muchísimo, sobre todo en esta parte) jugando a tirar bombas de agua y terminar empapados.
Niños que no lo pasan tan bien si no tienen la bombucha de su color preferido.
Padres que se preocupan por todo, padres que no se preocupan de nada.
Niños que sólo quieren regalos de Frozen. Niños que ni miran los regalos y se van a los columios.
Podría seguir y seguir relatando todo lo que puedes ver en un cumpleaños de domingo en una piscina.
Que hay madres y padres y niños para todos los gustos.
Mi conclusión: a veces no sabemos cómo hacer o qué hacer en la crianza de nuestros hijos, pero lo que rescato es que los niños son felices y se lo pasan mejor sin tanta parafernalia, sin tantos regalos materiales y necesitan más respeto, comprensión de sus emociones y guía y contención en sus conflictos y en sus " caprichos".
Al no hacerles caso o no decirles cómo nos gustaría que nos hablasen, tampoco los estamos respetando ni enseñando a ser respetuosos.
Un cumpleaños es como una abanico donde podemos ver y aprender mucho, mucho de crianza infantil.